Comentaba en estos días que es un hecho que la vida se compone de momentos felices y releyendo un poco una y dos entradas que he escrito últimamente estuve reflexionando sobre lo feliz que soy con poca cosa.
Conformarse con poco no significa carecer de ambiciones; sólo estar conscientes de dónde están los límites y saber hasta dónde uno se puede arropar. Sin duda alguna el Náufrago y yo estamos luchando juntos y seguimos sintiendo esa felicidad genuina de que sacaremos esto adelante, de que tendremos un futuro mejor y de que nos comeremos el mundo para escupirlo a los pies de todos aquellos que alguna vez pensaron que no podríamos hacerlo.
En esta era del 2.0 es evidente que se ha hecho posible la interacción entre usuarios de una forma que no conocíamos antes y que las nuevas tecnologías se desarrollan casi a la velocidad de la luz sin permitirnos mantener la celeridad y el ritmo con que lo hacen. Tal vez por eso me cuesta más entender cómo es que hay comercios –teniendo claro que no estamos en los tiempos de los Picapiedras- que todavía hoy en día y en pleno siglo XXI se sigan sirviendo del tradicional método de pago en efectivo.
Es un hecho que los aparatos de puntos de venta, datáfonos y TPVs (o como les llamen en cada lugar) son tecnologías maduras que se han implantado hace ya suficiente tiempo como para que hoy por hoy todos los comercios se sirvan de ellas. Sólo es necesario un servicio de telefonía básica para tener este acceso remoto a las entidades financieras y permitir de este modo la transferencia electrónica de fondos a través de pagos con tarjetas que tienen banda magnética y que, de hecho, incluso están siendo reemplazadas por aquellas con chip.
Hace unos días nos sorprendieron al timbre cuando poco antes de las 9 de la mañana llamaron a la puerta desesperadamente como si se tratase de algún asunto de vida o muerte. Al tocar con tal insistencia, mi padre –que estaba a punto de entrar a ducharse- bajó corriendo despelucado y en pijamas a ver qué sucedía. Al abrir la puerta no vio a nadie; bajó la mirada y allí estaba una pulga que no llegará a los 20 meses en franelilla y pañales. La criaturita tendía sus brazos pidiendo algo que mi padre terminó por descifrar como caramelos.
Al principio mi padre no tenía idea de quién era, desorientado le preguntó en voz alta -como para ver si aparecían los progenitores despistados sin que él se viese obligado a salir en esas pintas- dónde estaba su papá o su mamá. Acto seguido sale la vecina de la diagonal que también parecía sacada de la ducha en paños menores y en lo que se dio cuenta de que mi papá la veía medio desnuda pegó un grito y regresó corriendo a la casa. Es Hindú por lo que supongo que aquello para ella tiene que haber sido un gran shock y que seguramente la mujer todavía estará rezando por andar exhibiendo en público partes de su cuerpo que su religión sencillamente no le permite mostrar.
Hace ya unos 2 años que vivimos en casas contiguas y a pesar de eso me he cruzado con usted muy pocas veces. Casi siempre que lo veo es porque está usted sacando a su Yorkshire a pasear y si no fuera porque lleva usted a la perra atada, es evidente que esa fiera se me abalanzaría para comerme pero no a lamidos sino a mordisco limpio. Verá, es difícil olvidarse de usted porque siempre lleva ese uniforme puesto con camisa naranja. A su mujer la he visto salir también con el uniforme del hotel y a su hija con un quinqui típico de aquí.
Su hija siempre lleva lycras puestas y jamás la he visto usar un pantalón normal; casi siempre que me cruzo con su mujer está coleteando el pasillo de entrada a su casa. Como usted sabrá es realmente intrascendente la relación que mantenemos, pero hoy le escribo para decirle que a pesar de eso usted es mi ídolo.
Jefe 1: Indique si podemos pagarle a Técnico 2 su salario en efectivo directamente desde la cuenta de la empresa. (a Coraline, refiriéndose a un empleado que trabaja y cobra en negro.)
Coraline: No, no se puede hacer puesto que para ello necesitaríamos una factura o algún documento legal que justifique ese pago. (a Jefe 1)
Jefe 1: ¿Y por qué no podemos pagarle su facturación habitual en efectivo? Él nos envía una factura mes a mes ¿no? (a Coraline)
Para mi interior, -si Técnico 2 presentase una factura cada mes, ¿hubiese yo escrito algo sobre “necesitaríamos una factura o algún documento legal que justifique ese pago”? No! Si enviase una factura legal mes a mes y no estuviese en negro, no habría problema!-
Hoy me crucé con un artículo que explica el innovador sistema que el Caralibro ha desarrollado para revolucionar una vez más la vida 2.0. Ellos mismos indican que no se trata de un sistema de e-mails sino de uno que permite combinar los diferentes tipos de mensajería (SMS, E-mail, etc.) en un sólo lugar.
Abajo les dejo un video que explica brevemente lo que propone este nuevo sistema, que además se lanza tal y como lo hizo en su día Gmail: solamente por invitación, lo cual significa que no todos podemos tener acceso a él ahora mismo y supongo que esto le agrega un toque de exclusividad.
Los de la red social han anunciado que planean que el sistema sea gradualmente accesible a todos en los próximos meses así que ya veremos si realmente funciona. En ese caso seguramente moriría le concepto de e-mail tal y como lo conocemos.
Yo no soy muy amante del Caralibro pero la propuesta parece bastante interesante.
El otro día estuve pensando en lo mucho que uno va cambiando a medida que el tiempo pasa y en cómo cosas que pensamos que nunca haríamos, opiniones que creímos que en la vida compartiríamos e incluso costumbres que –¡antes muertos!- jurábamos que jamás adaptaríamos se terminan convirtiendo en cosas tan propias como lo son nuestros genes.
Recientemente me topé con una carta publicada en una revista en la que una mujer pedía ayuda a un terapeuta después de contar su historia sobre lo mucho que le desagradaba en su relación actual el encontrar constantemente cosas de la ex en el apartamento de su novio. La mujer no llevaba bien aquello y acudió al psicólogo desesperada. Éste le confesó que no podía decirle lo que a ella le gustaría escuchar pero que tenía al menos una buena noticia.
El dizque presidente de Venezuela, (y lo de dizque porque yo no puedo llamar a semejante ignorante gobernante de una nación), le ha puesto precio a su cabeza argumentando que el señor Guillermo Zuloaga, presidente del canal de televisión Globovisión, es partícipe de un plan de magnicidio en su contra según el cual se está recogiendo plata y de hecho se tienen ya (según él) 100 millones de dólares norteamericanos como recompensa a quien lo mate (fuente 1 y fuente 2):
Después de ver las imágenes hay una sola pregunta que le haría yo al presidente:
¿Sabe usted cuántas personas lo harían gratis?
Hay que ser p****** y m***** para hacer unas declaraciones tan estúpidas y ya no digo carentes de fundamentos porque por cierto o no que sea, el hecho es que hay millones de personas que se ofrecerían a hacerlo sin necesidad de planificar magnicidio ni colecta alguna.
P.D.: si alguno vio el video de la fuente 1 hasta el final y se quedó anonadado con las declaraciones de la rubia sobre un tema que además no venía a cuento, les comento que he hecho la investigación respectiva y les afirmo que amamantar en público es LEGAL en USA (fuente 3, fuente 4 y fuente 5).
Es verdad que se han dado casos de (casi) arrestos por amamantar en público pero eso no responde más que a una cuestión de mera ignorancia y desconocimiento de la ley, que no es lo mismo que decir que “EEUU es el único país que tiene leyes que prohíben el amamantamiento público”
Comentaba en estos días que es un hecho que la vida se compone de momentos felices y releyendo un poco una y dos entradas que he escrito últimamente estuve reflexionando sobre lo feliz que soy con poca cosa.
Soy todo lo que me pasa 