Cuando parece que todo a nuestro alrededor está desequilibrado, es bastante probable acabar, nosotros mismos, mimetizándonos con el entorno y abandonar la lucha al considerar que mantenernos al pie del cañón se vuelve inútil.
La situación ahora no está fácil y hay un caos generalizado que se refleja en los distintos niveles personales y de su vida que hacen que el sucumbir ante las circunstancias parezca casi la única salida.
Sin embargo se ha mantenido bastante a flote; no ha recurrido a métodos de destrucción personal ni a dispersores de atención que aparentan ser vías de escape y formas instantáneas de solucionar los problemas pero que en el fondo no son más que acciones nocivas contra la salud. A veces la vida es una cuestión de actitud y él se mantiene bastante positivo.
Hace unos días participó en un retiro espiritual en el que estuvo involucradísimo y animadísimo, y que de cierta manera le devolvió el alma al cuerpo y le permitió recobrar esa fuerza interior para seguir perseverando ante las dificultades que presenta la actual situación económica y personal.
Sé que está haciendo un trabajo personal muy grande y muy fuerte para no decaer. Las clases de idiomas ayudan, las sesiones deportivas también y todo cuanto le permite mantener la brújula en marcha.
La semana pasada hicimos juntos una bonita visita a un licenciado en pedagogía que aunque no te atienda como paciente, con tan sólo entablar una conversación consigue que siempre te lleves algo.
Creo que esto es tan sólo el inicio de un nuevo y bonito camino que nos permitirá crecer y evolucionar como seres humanos en este universo tan infinito, misterioso y maravilloso.
Soy todo lo que me pasa 