Aunque no he tenido demasiado tiempo para escribir últimamente, esta semana me he puesto al día con todos los blogs que sigo habitualmente. Tenía más de 300 posts acumulados, muchos los marqué como leídos sin haberlos leído realmente pero a muchos otros sí les dediqué el tiempo que se merecían.
Evidentemente es muy difícil leer 322 posts de un tirón o en unas pocas horas durante unos días en los que el tiempo apremia, así que leí los que más me interesaron y entre otras cosas descubrí que Maiskell está ahora haciendo un programa de radio que además tuve la oportunidad de escuchar ayer (a veces lo de vivir en zonas horarias distintas es una gran ventaja) y justo ayer tocaban el tema del amor y los enamoramientos y una frase que escuché allí me inspiró, de cierto modo a volver a escribir.
Decían algo así como que “uno empieza a amar cuando deja de estar enamorado” y esa frase me llamó poderosamente la atención porque desde hace más meses de los que puedo recordar, tengo un conflicto interno porque mantengo una relación sentimental y convivo con un hombre que dice no estar enamorado de mí y al que, por lo que veo, nunca le va a entrar la vena amorosa conmigo.
Una de las cosas que más me cabrea en el mundo es el falso patriotismo de la gente en unas circunstancias muy particulares; especialmente el de quienes alguna vez criticaron la devoción arraigada de otros por sus tierras así como el de quienes no conocen más que la punta de sus narices y aún así se piensan que su patria es la mejor.
En estos días me encontré con este comentario en el Caralibro:
No estoy segura de las raíces de esta tradición ni de que la misma se practique en toda Venezuela o en otros lugares del mundo; pero sí sé que desde que tengo uso de razón mi madre siempre nos compraba, a mis hermanos y a mí, estrenos para vestir durante la Nochebuena y la Nochevieja cada navidad.
Lo interesante de prácticas como ésta, es que se repiten cada año y que además pasan a formar parte de uno como cosas cotidianas o normales a pesar de que uno no sepa el origen de estas costumbres y de que en muchos casos incluso hasta se practiquen de forma casi inconsciente.
Pero lo malo de los estrenos, en mi experiencia, es que en la medida en que nos fuimos haciendo mayores dejó de ser una bonita tradición que nos generaba la ilusión de tener ropa nueva estos días, para pasar a convertirse en una sutil competencia entre algunos primos a ver quién tenía el estrenos más chulo, la ropa más de moda o los vestidos más sugerentes. Read the rest of this entry »
Siempre me han gustado las ilusiones ópticas así que hoy comparto una con la que me crucé hace bastante tiempo. Sólo para recordar cómo el cerebro es una cosa seria y cómo esto demuestra que sólo vemos aquello que ya nuestro cerebro conoce.
No me extraña que existan otras dimensiones de las cuales no somos conscientes!
El otro día estuve pensando en lo mucho que uno va cambiando a medida que el tiempo pasa y en cómo cosas que pensamos que nunca haríamos, opiniones que creímos que en la vida compartiríamos e incluso costumbres que –¡antes muertos!- jurábamos que jamás adaptaríamos se terminan convirtiendo en cosas tan propias como lo son nuestros genes.
Recientemente me topé con una carta publicada en una revista en la que una mujer pedía ayuda a un terapeuta después de contar su historia sobre lo mucho que le desagradaba en su relación actual el encontrar constantemente cosas de la ex en el apartamento de su novio. La mujer no llevaba bien aquello y acudió al psicólogo desesperada. Éste le confesó que no podía decirle lo que a ella le gustaría escuchar pero que tenía al menos una buena noticia.
La noticia de que nos mudamos juntos no le cayó tan de sorpresa a La Sangre porque notan desde hace tiempo que aunque vengo a dormir aquí en casa, en realidad llevo una vida completamente ajena a la rutina familiar.
Mi madre me preguntó que cuál era la prisa de mudarnos en Diciembre así que tuve que explicarle que se debía a esto y a que yo desde hace tiempo quiero mi independencia. Tengo muchos más motivos para mudarme y tal vez en algún momento me anime a ir escribiendo sobre ellos, aunque a la vez pienso que ya que estoy tan cerca de dar este paso sinceramente no tendrá sentido escribir sobre razones una vez que pase el momento. Veremos si me animo a hacerlo antes.
La conversación no dejó de ser dura y desviarse del tema; es obvio que mi decisión afecta al resto de la familia así que a La Sangre le toca hacer un pensamiento sobre lo que quieren hacer ahora. Hubo altos y bajos y en momentos incluso estuve a punto de largarme porque no faltaron los insultos y los disentimientos que hicieron que me hirviera la sangre.
A principios de este mes y antes de tomarme mis merecidas vacaciones, escribí un post sobre el himno oficial del mundial de este año “Waka Waka” interpretado por Shakira. Las opiniones de unos y otros no se hicieron esperar; lo cierto es que hoy vengo con la intención de escribir un post sobre lo mismo pero con un enfoque muy distinto al que le di a la publicación de ese día.
Los arreglos de la dichosa canción son de Shakira, pero resulta que la parte que hace en africano -que para mí es todo el encanto de la canción- no es suya ni por error. Esto no hace que la canción deje de gustarme o ser lo comercial y pegajosa que es, pero si hace que -al menos yo- le reste mucho mérito al trabajo de Shakira dado que el tema es una simple versión de lo que fue un hit del año 1986 llamado “Tsamina or Zangaléwa”.
Hace unas semanas vi en este post una ecuación que me inspiró a escribir la entrada de hoy:
Algún día = nunca
Adoro la genialidad de su escritora, lo que escribe, cómo lo escribe, su sinceridad, el hecho de que no le importe el qué dirán.
Admiro su inteligencia y la manera en que expresa sus palabras, incluso entiendo lo que quiso decir con la ecuación, pero lo cierto es que yo no creo que sea -en todos los casos- cierta.
A simple vista es muy difícil conocer la esencia de las personas y tal vez por esa razón las 1as impresiones son tan importantes, aunque comentaba en este post que no deberíamos basarnos sólo en ellas para “etiquetar” a una persona.
Era una rubia joven y delgada con tipo inglés, de las que llevan el cabello no sólo bastante mal arreglado sino también teñido en tonos que hacen un contraste que llama la atención no por su belleza sino por lo poco estético que luce.
Muchos hombres -y hasta algunas mujeres- dirían que tenía un tipazo; aunque eso de que alguien sea guapo o menos que guapo es muy relativo y tampoco es lo mismo decir que alguien tiene un cuerpo bonito (subjetivo) a decir que lo tiene bien definido (objetivo).
Ayer tuve un enfrentamiento con un tele-operador cuando llamé al servicio de telefonía de las líneas fijas de la oficina. Después de pasar el filtro de la máquina -¿alguna vez he mencionado lo mucho que detesto hablar con máquinas?- y facilitar los datos relativos a la línea en cuestión, me pasan con un agente al que muy amablemente le indico que deseo informarme sobre el procedimiento a seguir para dar de baja -o sea, para cancelar- la línea.
El agente abre la ficha de cliente y ve que tengo dos líneas asociadas a la cuenta, en vez de responderme la pregunta -clara y concisa- que le hice, me pregunta él que qué vamos a hacer con la otra línea. La pregunta me descoloca un poco porque ¿qué más le da a él? Sin embargo le respondo tranquilamente que pensamos trasladarla. Read the rest of this entry »
Aunque no he tenido demasiado tiempo para escribir últimamente, esta semana me he puesto al día con todos los blogs que sigo habitualmente. Tenía más de 300 posts acumulados, muchos los marqué como leídos sin haberlos leído realmente pero a muchos otros sí les dediqué el tiempo que se merecían.
Soy todo lo que me pasa 