No miento cuando digo que a mí me enseñaron a mentir

Como bien escribió Klau en este post, vivimos en una sociedad de pinochos, y cuando afirmo que a mí me enseñaron a mentir no me refiero a que mis padres en algún momento  me expresasen de forma abierta que mentir era la forma de avanzar en la vida y mucho menos quiero decir que haya sido uno de los valores que ellos me inculcaron desde chiquita. Cuando hablo de que me enseñaron a mentir, me refiero a que de una forma indirecta mis padres y el entorno me convirtieron en mentirosa por meras razones de supervivencia, porque cuando uno no es popular y tiene padres muy correctos, es bastante más difícil encajar en la sociedad que cuando uno tiene una personalidad más rebelde y viene de una familia de padres permisivos.

El problema raíz de ser una niña mentirosa radica en que mis padres nunca trabajaron conmigo lo suficiente el tema de la confianza. Yo sabía desde pequeña que había ciertas cosas que mis padres no se podían enterar de que yo había hecho si es que me quería ahorrar un buen regaño; y cuando hablo de “cosas” no me refiero necesariamente a cosas malas, sino simplemente a cosas que ante los ojos de mis padres no estaban bien o no eran lo suficientemente seguras o correctas y por ende yo no debía hacerlas, según ellos.

Sobre todo mi madre aún hoy en día tiene una visión muy cerrada y limitada sobre qué es lo correcto y sobre qué cosas uno debe o no hacer. Especialmente cuando uno es mujer y crece en una familia tan conservadora y ortodoxa como la mía es difícil que los padres entiendan que vivimos en el siglo 21 y que uno como ser humano tiene una necesidad innata de ENCAJAR en el entorno.

 

Podría ser una más pero prefiero ser yo misma

Una de las cosas que más detesto en el universo es sentirme juzgada.

Seguramente que la mayoría de nosotros aborrece esa sensación, especialmente cuando hablamos de ser juzgados por seres humanos de carne y hueso como nosotros, con virtudes y defectos como nosotros y sobretodo, perfectos e imperfectos a la vez, también como nosotros; pero lo único peor que ser juzgados por otros, es ser juzgados por nosotros mismos.

A parte de eso, lo que más me molesta no es tanto el hecho en sí de ser juzgada como el hecho de que el enjuiciador se crea -desacertadamente- que tiene la verdad en sus manos; y últimamente me pongo muy irritable cada vez que la gente se empeña en darme consejos sobre cómo debería llevar mi vida o sobre cosas que debería hacer o sobre eventos en los que debería participar para que mi vida sea mejor.

No me voy a poner como una malcriada a decir que mi vida es perfecta como es (aunque lo piense) o que mi vida no necesita ser mejor de lo que es. Aún asumiendo la mejor de las actitudes y entendiendo que siempre hay lugar para mejorar las cosas o la vida, no dejo de preguntarme ¿qué coño le importa a los demás? y más que eso ¿qué coño les hace pensar que hacer lo que me dicen va a mejorar mi vida?

 

Protected: ¿Quieres mi sangre?

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IOU

En mi opinión hay pocas cosas menos recomendables en la vida que hacer negocios con la familia y los amigos. Esto se debe al dicho que reza “cuentas claras conservan amistades” que me hace pensar que cuando se mezclan las amistades y los negocios es difícil mantener las dos cosas sanas todo el tiempo.

Cuando trabajamos con gente ajena a nuestro entorno es más difícil confiar en ellos pero también podemos limitar el nivel de compromiso hacia con esas personas y ultimadamente si las cosas entre dos personas –laboralmente hablando- no resultan muy bien, suele bastar hacer nuestro trabajo de la forma más profesional que podamos y no entrar en confianzas con esos seres con los que no nos la llevamos del todo bien.

Pero si te llevas genial con una persona como amigo y luego descubres que laboralmente no son compatibles; se plantea un verdadero problema porque no sólo se ve afectada la relación laboral sino también la personal; es una cuestión bastante lógica.

Por todo lo anterior yo prefiero hacer amigos en el trabajo que hacer el trabajo con amigos. A veces juntarse a hacer trabajos con nuestros amigos puede parecer muy de pinga y somos ingenuos al pensar que no existe nada que pudiese hacer que las cosas fuesen posible y remotamente mal entre nosotros hasta que desgraciadamente, pasan.

 

¿Quieres ser mi amiga?

Ayer descubrí que ella ya no estaba en mi lista del Facebook. Es cierto que peleamos hace poco más de dos años pero manteníamos un contacto ocasional por allí y hasta hace unos días atrás recibí un mensaje suyo intentando cerciorarse de que todo va bien en este rincón del mundo dadas las inestables condiciones climatológicas que hemos experimentado en días recientes.

El que hayamos peleado y ya no seamos amigas como antes es una de esas cosas de la vida que nunca comprenderé y que además me hizo recordar de nuevo ese tema, volviendo a abrir una herida no cicatrizada del todo y volviendo a atormentarme cuando lo pienso.

 

Amar es…

No he venido a este mundo a cumplir tus expectativas. No has venido a este mundo a cumplir las mías. Yo soy yo, un ser completo aún con mis carencias. Tu eres tú, un ser completo aún con tus carencias. Si nos encontramos y nos aceptamos, si nos aceptamos y nos respetamos, si somos capaces de no cuestionar nuestras diferencias y de celebrar juntos nuestros misterios, podremos caminar el uno junto al otro…

Es uno de los mensajes más excelentes que he leído y uno de los que más quiero recordar día a día y con él cerrar este año 2009. Creo que es un mensaje que contiene la clave para muchas cosas en la vida; algo que no sólo a veces nos cuesta aplicar sino de lo que todos podemos aprender y que podría ayudarnos a que las relaciones humanas fuesen un poco menos complicadas.

Hay quienes me han dado la espalda a lo largo de mi vida por no ser la persona que llene sus expectativas, también hay quienes no han llenado las mías y tal vez me han hecho sentir decepcionada. El 2009 y la llegada de una nueva relación me ha ayudado a crecer en este sentido y a aprender un poco más sobre la aceptación y el respeto mutuo.

En muchos casos me ha costado, pero poco a poco he ido dando pasitos que me llevan hacia lo que creo que será buen puerto… Aunque claro, mejor no llenarse de expectativas!!

 

Can’t Fade Me

No siempre tengo un plan cuando las cosas me salen mal, tampoco me resultan siempre bien los planes que tengo. Lo cierto es que como los autores de esta canción de 311, a mí también me gustaría ser conocida por mi capacidad de ser una buena comunicadora, pero quizás no se me da tan bien como creía esto de escribir públicamente o simplemente hacer que el mensaje llegue de la forma en que yo quiero.

He conseguido ver más allá del cielo gris y crear algo de la nada, ahora centro mis ideas en no desistir de mi gusto por la escritura a pesar de que ello implique debatirme contra el mal cada semana, mes y año.

Intento encontrar el balance, intento descubrir quién soy, hasta que entiendo que todos tenemos algún demonio dentro; a veces sólo en forma de vicios… Mi lucha nunca acaba, y lo sigo intentando; y lo cierto es que no pueden hacerme callar o desaparecer… Sigo teniendo mi mente positiva.