Aquella noche me dejé llevar por la emoción de animar a La Artista, la había visto ya muchas otras veces, pero aquella fue para mí diferente. Mis ojos y mi mente estaban completamente en el escenario, siguiendo los coros y las coreografías… Mi chico me acompañó unos instantes pero el local era pequeño, mi grupo de amigos se había ido hacia el fondo; mi chico no tardó en unirse a ellos y dejarme sola allí. Vi que echaban una partida de billar y no pasaba nada; al menos no hasta que en una de esas ocasiones al voltear, me percaté de que había una “salida” bailando con el mío.
Su cara no me era desconocida; recordaba su rostro a la perfección más no su nombre. Pensé que no era más que un baile aunque tengo que admitir que en el momento me sentí un poco celosa de ver que él bailaba con otra y sin embargo no había bailado en toda la noche conmigo; con lo que me gusta a mí bailar!! No sé si son cosas mías pero creo que a la mayoría de nosotras ese tipo de cosas no nos suelen agradar. A pesar de eso, en mi afán de evitar ser cuaima, dejé pasar aquello y no le di mayor importancia; después de todo sería absurdo esperar de un hombre que si una chica, que además conoce, se acerca y le pide que baile con ella, él le rechace; hasta ahí podía entenderlo y hasta ese punto me había puesto yo en su lugar… -el de mi chico- Yo en el suyo seguramente hubiese hecho lo mismo o tal vez no…