Tal día como hoy se cumplen exactamente 10 años y 6 meses desde que me sacaron de Venezuela. Cuando digo “me sacaron” me refiero no sólo al hecho de que en ese momento yo no era independiente y –como casi cualquier adolescente de mi edad- estaba destinada a hacer la voluntad de mis padres, sino también al hecho de que entonces yo no entendía por qué me hacían eso y repudié tal decisión durante mucho tiempo.
Hace más de 10 años, el hecho de irme de Venezuela supuso una dura etapa de inmigración y adaptación a tierras extranjeras, a un nuevo idioma que me costó aprender menos de lo que yo me percaté y a una sociedad y ritmo de vida que diferían enormemente de lo que yo estaba acostumbrada.
El proceso no fue tan malo como lo recuerdo, llegué a un núcleo familiar, con un círculo de amistades a mi entera disposición, con un mundo de oportunidades por explorar. Tenía el mundo en mis manos y yo no lo sabía; estaba por comérmelo y yo aún seguía pensando en pasado; en lo que dejé atrás, en las amistades, en mi vida. Read the rest of this entry »
El pasado Viernes 11 de Marzo de 2011 amanecimos con la conciencia de un terremoto sucedido en la costa del Pacífico situada al Noreste de Japón de magnitud 9.1, con epicentro en el mar, de unos 2 minutos de duración, precedido por un temblor inicial sucedido el Miércoles 09 de Marzo de 2011 (y otros tres ocurridos el mismo día de la catástrofe) y originado, según indican los especialistas, por un movimiento en las placas tectónicas de la zona.
El resultado de este sismo desencadenó –además de los efectos típicos de un terremoto- un centenar de réplicas (una serie de temblores sucesivos de menor magnitud) de más de 4.5 grados, y un maremoto (tsunami) que arrasó con toda la costa a su paso; con olas que llegaron a alcanzar los 10 metros de altura. Pero las repercusiones no afectaron sólo a Japón –lugar en donde se registraron incendios, explosiones en las centrales nucleares, daños en las bases aéreas y principales aeropuertos, limitaciones en los abastecimientos de agua potable, complicaciones en las redes de telecomunicación y caídas en el mercado financiero- sino también las costas del Oeste de EEUU y otras latitudes Suramericanas.
Una de las cosas que más me cabrea en el mundo es el falso patriotismo de la gente en unas circunstancias muy particulares; especialmente el de quienes alguna vez criticaron la devoción arraigada de otros por sus tierras así como el de quienes no conocen más que la punta de sus narices y aún así se piensan que su patria es la mejor.
En estos días me encontré con este comentario en el Caralibro:
Con esto me despido del año 2010 agradecida por el balance positivo que me ha dejado y con muchas ganas de recibir al 2011 y todas las bendiciones que traerá consigo.
Tal día como hoy se cumplen exactamente 10 años y 6 meses desde que me sacaron de Venezuela. Cuando digo “me sacaron” me refiero no sólo al hecho de que en ese momento yo no era independiente y –como casi cualquier adolescente de mi edad- estaba destinada a hacer la voluntad de mis padres, sino también al hecho de que entonces yo no entendía por qué me hacían eso y repudié tal decisión durante mucho tiempo.
Soy todo lo que me pasa 