Lo que hace 10 años no le dije a mis padres

Tal día como hoy se cumplen exactamente 10 años y 6 meses desde que me sacaron de Venezuela. Cuando digo “me sacaron” me refiero no sólo al hecho de que en ese momento yo no era independiente y –como casi cualquier adolescente de mi edad- estaba destinada a hacer la voluntad de mis padres, sino también al hecho de que entonces yo no entendía por qué me hacían eso y repudié tal decisión durante mucho tiempo.

Hace más de 10 años, el hecho de irme de Venezuela supuso una dura etapa de inmigración y adaptación a tierras extranjeras, a un nuevo idioma que me costó aprender menos de lo que yo me percaté y a una sociedad y ritmo de vida que diferían enormemente de lo que yo estaba acostumbrada.

El proceso no fue tan malo como lo recuerdo, llegué a un núcleo familiar, con un círculo de amistades a mi entera disposición, con un mundo de oportunidades por explorar. Tenía el mundo en mis manos y yo no lo sabía; estaba por comérmelo y yo aún seguía pensando en pasado; en lo que dejé atrás, en las amistades, en mi vida.

 

¿Aquí o allá?

Cuando supe que mis días en la aerolínea estaban contados, comencé a echar CV’s en otras compañías del aeropuerto. Ya lo había intentado alguna vez sin éxito puesto que en la mayoría me pedían conocimientos de Amadeus. Sin embargo supe a través de un contacto de un compañero, que los líderes de bajo coste estaban buscando gente y me animé a llevarles mi CV al menos un par de veces.

 

Me habían dado el nombre del jefe de la base y me habían indicado que debía dirigir mi hoja de vida concretamente a su atención. Seguí las indicaciones esperando recibir noticias a finales de Noviembre de 2010, cuando por motivos del cambio de temporada debían coger más gente, pero no fue hasta 2 meses después; durante la última quincena de Enero de 2011, cuando me llamaron.

 

 

Saltando de nuevo al ruedo

A veces sobre el tapete de juego las apuestas no arrojan los resultados esperados y entonces hay que recurrir a otras jugadas que antes no se habían considerado por las razones que fueren o sólo por las supersticiones del jugador. Así es como poco más de un mes y medio después de mi salida de “vuelos baratos” volví a trabajar para Banks.

 

Me reengancharon haciéndome una oferta muy distinta a la que recibí cuando apenas comencé a trabajar allí pero lo que me atrajo no fueron las condiciones, tanto como mis ganas de conseguir un segundo empleo que me permitiese, más en esta nueva etapa de vida en pareja, saldar mis deudas y llegar a fin de mes con algo más en la cuenta que números rojos y saldos retenidos.

 

Claro que saber que volvería a un gran equipo hacía todo más maravilloso, pero a lo que me refiero es a que cuando recibí la llamada estaba tan contenta de poder a trabajar, que no le di importancia a lo que me estaban ofreciendo tanto como al hecho de poder volver al ruedo.

 

Useless job interview (or epic) fail

El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia.

Después de muchos meses de esfuerzo y búsqueda, conseguí la cita que tanto anhelaba y sobre la que comenté en este post. Allí mencioné en el último párrafo grande, que estaba cerquita de conseguir una entrevista y unos días después la tuve.

Después de ese primer contacto, pasaron unas 4 semanas y como no tenía respuesta decidí enviar un e-mail a la entrevistadora y ella muy amablemente se disculpó por la demora y me explicó que se habían retrasado con el proceso. Estaba tomándoles más tiempo del que estimaban y sólo alcanzó a decirme que yo estaba entre las finalistas y que ya me contactarían para darme más novedades y fecha de la segunda fase de entrevistas.

 

Otra Oferta Laboral

El día martes 28 de Abril recibí una oferta de trabajo a manos de un director de compras de un hotel 5*.

Me ofreció un contrato de sustitución por maternidad de 4 meses y sin miras a quedarme; a razón de poco más de 200€ adicionales a lo que recibo ahora pero por el doble de, seguramente estrés y, horas de trabajo. Lo que sí me aseguró es que haría todo lo posible para que yo me quedase en el puesto una vez finalizado el contrato, o en su defecto, para que al menos me quedase en el hotel.

Para mí una decisión difícil, como todas las que me ha tocado tomar en lo laboral últimamente. Me citaron para entrevista esa misma tarde así que me dispuse para estar allí a la hora pautada.

Mis opciones se reducían a lo siguiente:

1. Quedarme con los ingleses, sin contrato, sin saber por cuánto tiempo más, cobrando un buen dinero para las 20 horas de trabajo correspondientes, sabiendo de qué va el trabajo, contenta con lo que hago, con un excelente equipo de trabajo, con un horario flexible, con la oportunidad de subir si las cosas mejoran, con el temor de quedarme colgada si la oficina cierra, con la posibilidad de seguir mis clases de alemán y continuar buscando un segundo empleo de media jornada.

 

La Oportunidad

Hoy me he animado a escribir sobre las oportunidades porque estuve conversando con un amigo que me decía que a pesar de los golpes que nos da la vida, siempre es importante mantenerse alerta a las oportunidades que se pueden estar dando a nuestro alrededor y que tal vez perdemos de vista o desaprovechamos por estar enfocados en el pasado o simplemente en cosas que sólo nos hacen daño.

Estuve buscando algunas frases sobre las oportunidades y encontré varias que me gustaron, como no pude decidirme por una, voy a colgarlas todas, aquí están:

“Las oportunidades son como los amaneceres: si uno espera demasiado, se los pierde.“ – Esto significa para mí que a veces hay que coger las oportunidades cuando llegan y no esperar mucho tiempo puesto que cuando por fin decidamos que es una oportunidad que queremos aprovechar, puede que ya sea demasiado tarde. Intento mirar las oportunidades que llegan y no esperar demasiado para cogerlas. Quiero estar preparada de modo que cuando llegue una oportunidad, me sienta afortunada de poder aprovecharla, aunque a veces se hace difícil distinguirlas y más cuando no se tiene la mente muy clara.

 

Un (in)Digno Representante de la Ley

Unas horas después de publicar mi dilema sobre el trabajo del Hotel, recibí un mensaje en mi móvil para un puesto de secretaria en un despacho de abogados. Me sentí bien porque parecía que otra puerta se abría y la oportunidad pintaba mejor que el telemarketing, así que tras oír el mensaje conseguí una entrevista y más tarde una visita al lugar de trabajo.

El puesto representaba un salto atrás, pues en dicha empresa estaría toda mi vida de secretaria sin oportunidad de crecer o avanzar. Tal vez lo hubiese aceptado si las condiciones salariales hubiesen sido un poco mejores, pero decidí que aquello no era lo suficientemente atractivo para mí.