¿Les ha llegado ese momento en la vida en el que comienzan a sonar como su madre? Tardo o temprano ese tiempo nos llega a casi todos pero lo preocupante no es que llegue, sino que las frases de leyenda comiencen a salir de nuestra boca incluso antes de que nosotros mismos seamos padres #ouch.
Cuando era pequeña recuerdo que me fastidiaba que ante la petición de ayuda para completar alguna tarea del hogar, alguna de ésas que históricamente se le han delegado a las mujeres –como lo puede ser el lavar, planchar, coser o fregar- mi madre me replicase con “será mejor que aprendas porque no te voy a durar toda la vida”.
Pensaba para mi interior que no podía imaginar que ese momento llegase y que en todo caso el hecho era que mientras tanto ella sí estaba ahí. Sin embargo esa “crueldad” me permitió crecer siendo una caraja bastante poco inútil ya que disgústele a quien le disguste, he crecido en un hogar con tendencias machistas y esto me hace comprender por qué hoy en día hay tantas asociaciones dejándose la piel en su lucha por la igualdad, los lenguajes no sexistas y la no violencia de género.