¿Cómo se puede tener química con alguien por Internet?

El otro día discutíamos en clase un artículo del año 2005 que hablaba sobre el boom de los “corazones solitarios” en la red.

Para ese entonces comenzaron a crearse distintos servicios de búsqueda de parejas en línea que supongo que permanecen y han evolucionado a lo que son hoy en día. Lo que me llamó la atención sobre el artículo fueron los resultados que arrojaban las encuestas, en las que se hablaba de más de 11 millones de solteros en países como Alemania y sobre cómo la mitad de ellos utilizaban estas “bolsas de citas” en la red.

Lo de la búsqueda de pareja en línea (online dating) es algo que yo no comprendo muy bien. No digo que una relación cyber-espacial no pueda funcionar o que no existan muchas parejas que hoy viven felizmente casadas e iniciaron su relación por Internet. Lo que digo es que me sorprende que haya tanta gente soltera y tanta más que está dispuesta a utilizar un servicio de búsqueda de pareja en línea e incluso en ocasiones hasta pagar por ello.

Realmente ¿se nos dan tan mal las relaciones interpersonales que tenemos la necesidad de hacer uso de la web para conseguir gente con la que interrelacionarnos o establecer vínculos sentimentales? ¿A dónde se fueron los tiempos en los que uno salía con el hijo de la vecina, el amigo de la amiga, el pana del primo o el sobrino del jefe del papá de uno?

 

We used to have a life…

En teoría, la proliferación de la tecnología -y concretamente de las redes sociales- sirve para conectar a la gente, aunque yo creo que éstas cumplen con su cometido sólo hasta cierto punto porque hasta otro, es un hecho que estas redes también sirven para aislar a los individuos y además consumen una gran parte de nuestro tiempo.

En días recientes me he sentido abrumada por la cantidad de cosas que tengo que hacer en mi rutina normal y si a eso le agregamos la habitual práctica de revisar las redes sociales religiosa y diariamente, nos encontramos con un resultado concluyente: me sobrepasa el ritmo frenético con el que la gente se comunica vía sitios web como el Caralibro y Twitter.

Aunque estamos cada vez más sumergidos en la era de la tecnología, a mí a veces me parece hasta patológica la forma en que la gente se ha hecho adicta a ciertas aplicaciones informáticas y dispositivos electrónicos desprovistos de los cuales, sus vidas hoy en día estarían vacías y ya no tendrían (el mismo) sentido.

 

What dictators are afraid of…

Simplemente lo tenía que compartir porque aunque sea muy cliché ya sabemos que a veces las imágenes valen más que las palabras y yo creo que no hay una realidad plasmada más crudamente que esta!!

 

Ok mamá, tú ganas!

Mi madre tiene la virtud (o el defecto) de ser jodidamente previsiva: es de las que visita los lugares un día antes de la entrevista de trabajo para saber a dónde tiene que ir sin perderse, de las que  sale de casa con suficiente antelación para no llegar nunca tarde, de las que lleva siempre papel higiénico en el maletero del coche o en su bolso –por si acaso-, de las que si un proyecto le toma 2 días en hacer le dice a su jefe que son 4 para asegurarse de poder entregarlo a tiempo… mi madre es de ésas.

 

Sí, mi madre es de ésas personas que la gente confunde con negativa por ser extremadamente precavida y de ésas que cuenta con que si algo podría salir posiblemente mal: lo hará. Vamos, que mi madre es la versión femenina de Murphy hecha persona y de ella aprendí esta maldita costumbre de ser organizada, desconfiada, rigurosa, inflexible, crítica y juiciosa, de querer controlarlo todo y de querer siempre anticiparme para así prevenir cualquier posible mala situación. Pero ¿a dónde se va mi astucia cuando más la necesito?

 

De vuelta al ciberespacio

No andaba de parranda aunque sí desaparecida de este espacio por razones múltiples que en breve espero poder comenzar a compartir por aquí. Hoy tengo un día de trabajo relativamente relajado pero con algunos pendientes qué terminar; aunque en lugar de estar haciendo llamadas, escaneando facturas, respondiendo e-mails, haciendo inventarios y pactando reuniones, he decidido tomarme un respiro para sentarme a escribir. Es uno de los lujos que tiene trabajar desde casa.

 

Necesitaba volver a estas líneas porque es una manera de organizar mis ideas y también de poner cierto orden a mi vida; de saber que lo que pienso no se queda en simples reflexiones abstractas de la mente sino que también las cosas sobre las que medito pueden pasar a un estado de realidad que me proporciona cierta satisfacción, calma, despreocupación y que incluso en ocasiones puede hasta servir de recordatorio sobre cosas que deseo prolongar en el tiempo o que pueden aportar algo al entorno.

 

Everything must go!

El mismo lunes que firmamos el contrato de alquiler del piso volvimos a casa e hicimos fotos de los muebles para colgar anuncios de venta en Internet en una página de cosas de segunda mano. Ninguno de los dos imaginaba el éxito que tal asunto podría tener pero lo cierto es que aquella misma tarde recibimos montones de llamadas y menos de 24 horas después ya nos habíamos deshecho –entre otras cosas- de la nevera y del sofá cama.

 

Todo sucedió tan rápido que apenas ahora es que tengo un momento para sentarme a repasar aquello. Por supuesto que como no pensábamos venderlo todo tan rápido y muchos menos que se llevasen la nevera apenas al día siguiente de haber colgado el anuncio, tuve que salir corriendo a llevar todo lo que tenía en el refrigerador a mi casa y ahora le tocará ingeniárselas para comer y sobrevivir sin tan necesario bien durante lo que resta de mes.

 

Maldito Cable!

… o tragedia de fin de semana Parte 2

Hoy es uno de esos días terribles que todos tenemos de cuando en vez, sólo deseo que acabe prontísimo y doy gracias por él porque seguramente si no fuese por días como estos, no apreciaríamos los días buenos. Si no fuese porque estoy segura de que hoy es lunes, juraría que es martes 13; sólo es 13 pero ha sido una pesadilla.

He estado de mal humor desde el viernes por la tarde porque se me ha estropeado el cable de Internet. Tuve que pedirle a alguien que me echase una mano para ir a comprar un cable porque yo estaba currando el viernes por la tarde cuando la tragedia comenzó.

 

Forbidden Access

Hace ya varios días que noté que habían quitado el ordenador en la recepción de uno de los edificios que frecuento. Cada vez que pasaba por allí solía ver a los diferentes empleados (que además parece que viven en el mismo edificio) cosechando verduras en el FarmVille o escribiendo en su muro o revisando los perfiles del embobador (copyright de Mariale).

Me llamó la atención el día en que ya no estaba más el computador pero al principio no le paré mucho, después de todo pensé que la administración lo había quitado por aquello de que los empleados no deberían estar perdiendo el tiempo en Internet durante horas de trabajo aunque si consideramos que se trata de la recepción de un edificio (y no de un hotel) en la que hay turnos de recepcionistas durante las 24 horas del día, no me parecía descabellado que al menos los dejaran entretenerse frente a la pantalla a sabiendas de que prácticamente su único oficio es vigilar (por no decir tocarse los cojo***).

 

Con él puedes hacerlo todo

Hoy hace 5 años que se celebra en España el Día de Internet, efeméride que nació con el objetivo de dar a conocer el alcance que tienen las tecnologías cibernéticas y lo mucho que pueden ayudar en el progreso y mejora de la vida humana.

Esta iniciativa fue propuesta por la Asociación de Usuarios de Internet (AUI) junto con otras organizaciones Españolas quienes tras presentar su propuesta a la ONU consiguieron que se designase este día de forma oficial como el Día Mundial de la Sociedad de La Informática.

Considero que en cuanto a las tecnologías cibernéticas se refiere, España representa aún un bebé en pañales por lo que le veo mucho potencial a esta iniciativa que intenta despertar el interés por el Internet e impulsar el uso del mismo con fines educativos, laborales, empresariales, médicos y otros.

 

Cuando las aficiones son desmedidas…

Además del estrés que me ha acechado durante estas últimas semanas y la falta de interés -derivada del cansancio que llevo- hacia -casi todas- mis actividades predilectas, recientemente me he dado cuenta de la cantidad de tiempo -valioso- que he estado desaprovechando en actividades inútiles como lo son (intentar) mantenerme al corriente de todo lo que ocurre en el Facebook.

Por supuesto que esa tarea es aún más difícil cuando se tienen centenas de amigos agregados en el FB, todos posteando sus peripecias, notas, fotos y demás acontecimientos que básicamente mantienen a cualquiera pegado al ordenador durante horas, que al final del día dejan poca productividad y mucha más información de la que el cerebro puede -física y humanamente- procesar.