4.978.300 + 1

Hace un año escribí este post en el que citaba datos arrojados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en una Encuesta de Población Activa (EPA) realizada para el tercer trimestre del 2010 y contaba mi primera experiencia solicitando la prestación del desempleo; de aquí en adelante “paro” que es más fácil y como lo llama todo el mundo en España.

 

Un año después vengo para continuar citando datos pero de la encuestas realizadas para el tercer trimestre de 2011 con las que queda claramente en evidencia que la tasa de desempleo en España ha seguido subiendo y según los datos que cito alcanza el 21,52% con 4.978.300 de parados y parece que esto no baja sino que sigue subiendo.

 

 

Este año me ha vuelto a tocar unirme a los ya millones de desempleados y este año he vuelto a apersonarme en la oficina del INEM (Instituto Nacional de Empleo) más cercana a mi localidad un par de días después de que se me terminase el contrato -esta vez con los Ingleses- obviamente con la intención de solicitar nuevamente la prestación de desempleo que me corresponde por nuevo derecho (después de otro año de cotización en la Seguridad Social).

 

Sólo los pendejos…

Sólo los pendejos se calan que les tiren la puerta en la cara porque la aguja del reloj ya se pasaba unos segundos de la hora en punto de cerrar.

Sólo los pendejos vuelven al día siguiente con la esperanza de que entonces los atiendan.

Sólo los pendejos pasan 30 minutos de su tiempo buscando un sitio para aparcar.

Sólo los pendejos evitan colarse hasta el principio de la fila aunque sólo sea para hacer una preguntica por consideración con los demás.

Sólo los pendejos pierden medio día de trabajo cuando la gestión debía tomarles sólo media hora.

Sólo los pendejos esperan 50 minutos de su tiempo para que finalmente los atiendan.

Sólo los pendejos descubren que cuando por fin llega su turno lo mejor que el dependiente puede decir es que la máquina no funciona y que deben regresar otro día.
Sólo los pendejos…. como yo.

 

Cuando las aficiones son desmedidas…

Además del estrés que me ha acechado durante estas últimas semanas y la falta de interés -derivada del cansancio que llevo- hacia -casi todas- mis actividades predilectas, recientemente me he dado cuenta de la cantidad de tiempo -valioso- que he estado desaprovechando en actividades inútiles como lo son (intentar) mantenerme al corriente de todo lo que ocurre en el Facebook.

Por supuesto que esa tarea es aún más difícil cuando se tienen centenas de amigos agregados en el FB, todos posteando sus peripecias, notas, fotos y demás acontecimientos que básicamente mantienen a cualquiera pegado al ordenador durante horas, que al final del día dejan poca productividad y mucha más información de la que el cerebro puede -física y humanamente- procesar.

 

¿Cómo se puede ser tan incompetente?

Algo que realmente detesto de los vendedores es la sangre que tienen para ofrecer servicios que realmente no pueden o no quieren dar.

Sin yo llamar o quererlo, se me aparece un día un representante de una empresa de telefonía móvil en la oficina. Me ofrece, como todos, villas y castillas; una línea fija con tarifa plana, tres líneas móviles con nosécuantos cientos de minutos gratuitos entre ellos, tres líneas de servicio de datos, tres móviles gratis, un teléfono de mesa gratis, servicio de desvío de llamadas gratis y noséquémás…

Me interesa la oferta así que mientras hago mi labor de convencer a los jefes de que me la aprueben, le pido al representante de la empresa de telefonía móvil que me gestione un cambio de titular de una línea de datos de un particular a empresa. Me indica la documentación necesaria, yo se la facilito y en teoría el trámite debía ser pan comido. Pero de eso hace ya 5 meses.

 

Protected: 3 Años con mi Venecari

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Protected: De la Adicción a la Tecnología

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Los relojes no duermen…

Estos últimos días parecen estar caracterizados por las tan cuestionables despedidas. Despedida de gente que entra en nuestras vidas, deja rastro y luego por razones del destino se va. Gente que cambia de ambiente en la medida en que los relojes del tiempo avanzan sin compasión. Gente que debe irse pero sabemos que volverá. Gente que cambia su forma de vida y que de alguna manera dejarán de ser lo que hoy son.

 

Pare usted de contar los diferentes tipos de despedidas de los que podríamos hablar. Lo que sí es cierto es que las despedidas tienden a ser tristes, sobretodo cuando se trata de seres queridos o cuando se trata de personas a las que nos hemos aferrado sin importar que tan sólo las hayamos conocido por poco tiempo. No importan las razones por las cuales ocurren tanto como el hecho de que las despedida son definitivamente una de las escenas más difíciles que nos puede tocar vivir a los seres humanos y especialmente a aquellos que como mencioné anteriormente tenemos esa tendencia natural a apegarnos con facilidad a la gente que queremos en esta vida.