Cuando se oye la palabra “cardenales” se podría pensar en los prelados que componen la corte del Papa y forman el cónclave para su elección o en el pájaro americano caracterizado por lucir un penacho rojo y una faja negra alrededor del pico, pero ayer aprendí que cuando se habla de “cardenales” en España no se refieren a las aves típicas de las selvas Venezolanas; nuestro querido cardenalito; ni tampoco a los de la corte del Papa, sino a morados en el cuerpo tras alguna caída o golpe.
Esos mismos morados que conozco con el nombre de moretones, aquí se les llama “moratones”; con “-a-” en vez de “-e-“.