Comenzó el segundo semestre del año trayendo consigo muchas más crisis emocionales, bajones espirituales, desequilibrio mental, inestabilidad laboral, agobio familiar, conflictos interpersonales y todas las demás cosas que me deprimen y hacen que apenas me queden ganas de querer desaparecer del planeta tierra.
Tantos sentimientos encontrados me hicieron sentir casi derrotada y tanta desorientación me arrastró a un mar de confusiones que me costó mucho descifrar. A ratos me sentí de vuelta al caos que caracterizó el mes de Enero de 2009, echando de menos las manos que antes rellenaban el espacio vacío entre mis dedos y a ratos anhelante de volverme a sentir amada como aquella vez.
Comenzó un paulatino pero constante despertar que me impulsó a ir probando cosas nuevas, rompiendo con los esquemas y saboreando un poco más mi paso por la vida. Me acompañaron más malos entendidos, tantos como necesarios fueron para conseguir conocernos y adaptarnos mutuamente; pero también estuvieron presentes muchos días que nos permitieron acercarnos, intercambiar y confeccionar juntos experiencias de ésas que sólo se viven una vez.
A pesar de todo; Julio tuvo un muy buen final de mes.
Soy todo lo que me pasa 